Estutos Asociación de Criadores del Caballo Puro de Carrera
Autoridades
Presidente | Pablo Salomone |
Vice-Presidente | Pablo Wildemauwe |
Secretario | Timoteo Perrone |
Tesorero | Richard Devvailly |
Vocal | Marcelo Graglia |
Vocal | Juan Manuel Burgueño |
Vocal | Victor Tarigo |
Presidente de la Comisión Stud Book | Victor Tarigo |
Historia
Si bien el origen de la Asociación de Criadores se remonta al 28 de setiembre de 1923 cuando es fundada entre otros por pioneros como Jorge Pacheco, Adolfo Artagaveytia, Guillermo Young y Juan Amoroso, logrando el 4 de abril de 1924 su personería jurídica, la crianza del caballo Pura Sangre de Carrera en el Uruguay comienza casi cinco décadas antes, al promediar la segunda mitad del siglo XIX.
Crónicas previas a 1895, cuando se editó la primera publicación del Stud Book Uruguayo (fundado de 1890) dan cuenta de la importación del padrillo inglés Young Fritz en 1874, a cargo de Roberto Young, e incluso antes (en 1869 Whirlwind y 1871 Grimston, ambos desde Argentina) así como otros, probablemente mestizos, de igual procedencia.
De todas formas, fueron el padrillo inglés Independencia (1870, por Le Marechal y Miss Pickle, por Saunterer) y el francés Aramis (1872, por Bayard y una hija de The Heir of Linne) los primeros reproductores de la raza registrados oficialmente en el país, ambos propiedad de M. y G.Urioste, mientras las más antiguas yeguas que figuran en el Tomo I del Stud Book Uruguayo fueron Rosina, Reine des Prés y Chartreuse, todas nacidas en 1874 y propiedad de Calisto Martínez Buela, y Eude, del mismo año y propiedad del coronel Juan Belinzon.
Ya con Maroñas en funcionamiento y a cargo del Jockey Club de Montevideo, cuando en 1890 el Gobierno aportó una recompensa extra al premio General Artigas, se importaron de Inglaterra ejemplares como Volubilis (por Guy Dayrell), Exmoor (por Westminster) y Lorna Deone (por Scottish Chief) entre otros.
En la década del ’70 la familia Young instaló en el departamento de Río Negro su haras Averías Grande (o La Palmera) con el padrillo First Flight y otros purasangre ganadores en Inglaterra, mientras que en 1886 próximo a Las Piedras, Adolfo Artagaveytia y Jorge Pacheco fundan Las Acacias, considerado el primer haras exclusivamente dedicado a la crianza del pura sangre de carrera con notable plantel de madres y los padrillos Bay Fox, Yago II, más tarde Coty, Safety First, etc. que se dividió en 1898 originando Los Pinos (a cargo de Pacheco) con los exitosos reproductores Pillo, Enero, luego Glass Idol, etc.
Luego, en San José, se fundó la cabaña Santa Ecilda de Federico Paullier, con los padrillos ingleses Kimbolton, Flic Flac, Asturian y un muy destacado plantel de yeguas madres.Otras cabañas pioneras, la mayoría al sur de la república, fueron Las Islas de Calisto Martínez Buela, Oriental del coronel Belinzon, Progreso de Pedro Piñeyrúa (primer presidente del JCM), Melilla de Carlos Reyles, América de José Antonio Ferreira, Dollar de Leoncio Correa, Gladiadores de Carlos Sáenz de Zumarán, Navarra de Juan Echenique, Santa Ana de Pedro Risso, Indecisa de Maneco Velazquez, Luchadores de los hermanos Bodabehere, Santa Teresa del general Santos, Lerena de Luis y Gilberto Lerena (luego en Buenos Aires criadores de Old Man), Charrúa de José Pedro Ramírez y Juan Victorica, Chaná de Berlamino Tejada, además de los establecimientos Anaya de Francisco Anaya, Santa María de Félix Buxareo, y ya en los albores del siglo XX otros como María Luisa (luego Montevideo) de Manuel Quintela, La Cabaña de Gregorio Sánchez, Los Ideales de Enrique Young, Cebollatí de Ernesto Urrestarazú, Reposo de José Urioste, Las Primicias de Emilio Avegno, Los Ceibos de Thomas Jefferies y Los Talas de Osvaldo Martínez.
Luego, cosechando las primeras hazañas en pistas extranjeras a través de productos nacionales, sobresalieron los haras Hampton fundado en 1911 por Guillermo Young, años después Casupá de Juan Amoroso y Juan Pozzi, luego dirigido por Constante Turturiello (quien fuera titular de Criadores y del JCM), Atahualpa de Juan Caviglia, Juana Mautone y Héctor Cousiño, Los Rosales de Amadeo Alvigini, Penúltimo de Manuel Segade dando origen al Nacional de José y luego Ramiro Segade, El Chircal de Andrés Ramponi Lorda, y Uruguay que batió todos los records estadísticos bajo la dirección de Aureliano Rodríguez Larreta, quien sucediendo a Ramiro Segade presidió Criadores hasta 1967.
Posteriormente, se destacaron otros haras como El Chuy de Elbio Viña, Los Paraísos de Alfredo Nieto Borrás, Jaijo de Jaime Castells, Silcar de Carlos Ganduglia, La Chimenea de Alcides Madrid, y en las últimas décadas también se ganaron un lugar en la historia con éxitos locales y fuera de fronteras los aún vigentes El Ranchero de Mario Castro y Huberto Canavero, San Miguel de los hermanos Marcelo, Mauricio y luego Andrés Wildemauwe (presidente de Criadores), El Arbolito de Primitivo y luego Javier Riesgo quien también presidió la entidad, Los Apamates de Roger Urbina y dirigido por Julian Pérez –actual titular de la ACCPC-, Gavroche de Eddie Espert y Don Alfredo de Jorge y Ernesto Ovazza, puntales que por décadas sobrevivieron la crisis del turf y junto a nuevas cabañas surgidas en este nuevo siglo continúan aportando al engrandecimiento del elevage uruguayo.